Hace 14 años, el presupuesto del Fondo de Salud del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) se cubría con unos 400 millones de dólares. Ahora supera los 2.500 millones al año. Un 70% de ese monto se destina a cubrir atenciones médicas, otro 24% a la repotenciación de establecimientos de salud, compra de equipos y de medicamentos y al fortalecimiento del primer nivel de atención.
Uno de los principales problemas es que, mientras el gasto necesario se multiplicó por más de seis veces, nunca se acompañó con más fuentes de financiamiento. Por ejemplo, el 28% del presupuesto, unos 700 millones, corresponde a servicios prestados a hijos menores de 18 años de los afiliados, enfermedades catastróficas y atención odontológica.
El actual Consejo Directivo del IESS, encabezado por Paúl Granda, busca darle sostenibilidad al sistema y para febrero próximo se espera la publicación del estudio actuarial del Fondo de Salud. Con eso, se espera transparentar la situación y el nivel de desinversión de ahorro al que se ha tenido que recurrir para cubrir el aumento desmesurado de la cobertura durante el Gobierno de Rafael Correa.
Según el mismo Granda, el número total de beneficiarios de la atención médica duplican al número de aportantes o afiliados. “Actualmente tenemos 4,5 millones de afiliados, pero prestamos servicio a más de 8 millones de personas”, dijo.
Hugo Villacrés, expresidente del Consejo Directivo del IESS, aseveró que el Fondo de Salud debe ser más eficiente y aumentar sus ingresos mediante el cobro a todos los beneficiarios de los servicios.
El sistema funciona mediante un esquema de prima y siniestro, es decir, su sostenibilidad está dada en el hecho que todos los que reciben atenciones paguen o aporten”, puntualizó. Este es un tema políticamente sensible, porque se debe buscar cómo cobrar los servicios recibidos por los menores de 18 años y la población mayor a los 70 años; o en su defecto, encontrar vías de financiamiento alternativo.
Además, los presupuestos de los hospitales y centros médicos deben basarse en las atenciones efectivas realizadas, con un control estricto de que la adquisición de medicamentos cumpla con la Ley y esté dentro de los cuadros de insumos establecidos. “Los hospitales y centros que más atienden deben recibir mayores recursos”, acotó.
Deuda del Estado
Desde el año pasado, un comité del Ministerio de Economía y del IESS trabaja en el establecimiento del monto total de la deuda del Estado con el Fondo de Salud, que se viene arrastrando desde 2001 como consecuencias de las atenciones a pacientes con enfermedades catastróficas. Sin embargo, hasta la fecha, no hay definiciones; aunque un informe de Contraloría estableció que el monto, al menos, superaría los 3.000 millones.
A criterio de Villacrés, las autoridades están enfrascadas en discusiones legales y falta de voluntad política. “Desde 2011 está todos los datos ahí, con respecto a montos y número de personas atendidas. La deuda no se paga por tecnicismos de abogados y falta de decisión”, comentó. (I)
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