Aunque el número de personas que tienen teletrabajo en Ecuador aumentó de 5.000 a casi 15.000 desde 2017, esta modalidad de empleo todavía no tiene el mismo impulso que en otros países de la región.
Andrés Madero, ministro de Trabajo, explicó que hay convenios firmados con más de 2.600 empresas del sector privado y 10 empresas públicas, pero admitió que el país sigue rezagado en este ámbito.
Para cambiar eso, dijo que dentro de las reformas laborales se incluirán artículos relacionados con el teletrabajo y otras formas de masificar el empleo en el país. El funcionario, sin embargo no ofreció mayores detalles de esta propuesta ni la fecha para su envío a la Asamblea. “No hay ningún plazo porque esas reformas per sé no son generadoras de empleo, sino una herramienta para continuar con el plan integral de reactivación económica”.
Agregó que una verdadera vía de dinamización se encuentra en la Ley de Simplificación tributaria, aprobada a finales del año pasado, y que impulsarán las actividades económicas a través de la eliminación de un sinnúmero de gastos, costos, trámites, sobre todo para emprendedores, micro y pequeños empresarios.
El teletrabajo tiene el potencial de aumentar significativamente las oportunidades de jóvenes y subempleados. Además permite reducir costos tanto para la empresa como para el trabajador, según explica la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Pese a esto, solo 0,5% de quienes tienen trabajo adecuado y gozan de todos los beneficios de Ley están enroladas en esta modalidad. El número resulta muy bajo, si se considera que hay 7,8 millones de personas, que tienen un empleo y que 3,1 millones cuentan con un trabajo de calidad.
En el país se estima que 1,2 millones de los más de 3 millones de trabajos formales podrían realizarse mediante teletrabajo, por eso Norman Merino, economista y especialista en mercado laboral, considera que hay un gran espacio de expansión para esta modalidad laboral. El experto aclara que para lograrlo se necesitan incentivos tributarios y legales que faciliten la contratación.
Conectividad
Para impulsar el trabajo en casas todavía también depende de que el país invierta en programas para aumentar y mejorar la conectividad y la tecnología. “Tenemos que comenzar a formar generaciones de trabajadores que sepan sacarle el mayor provecho a la tecnología y que, sobre todo, tenga una cultura enfocada a resultados, sin que nadie esté detrás para presionarlos”, concluyó Merino. (I)
Fuente:www.lahora.com.ec