La doble explosión que ha devastado Beirut, de una violencia inédita en la historia del Líbano, fragiliza aún más un poder muy cuestionado en un país extremadamente polarizado y en crisis.
¿Podría esta tragedia acelerar la caída del gobierno y dar impulso a un levantamiento popular, que había perdido fuerzas por la pandemia y la crisis económica o, por el contrario, fortalecerá al poder apoyado por el Hezbolá pro-iraní?
– ¿QUÉ IMPACTO TENDRÁ EN EL GOBIERNO? –
Formado en enero de 2020, el gobierno de Hassan Diab, presentado como un gabinete de tecnócratas, es acusado por sus detractores de estar sometido al partido La Corriente Patriótica Libre, cuyo presidente es Michel Aoun, y a su aliado indefectible, el Hezbolá pro-iraní.
El gobierno, que demora en aplicar las reformas económicas que exigen la comunidad internacional y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para sacar al país de la crisis, es cuestionado por el movimiento de protesta popular.
Esta semana se ha debilitado aún más por la renuncia del ministro de Asuntos Exteriores, Nassif Hitti, un diplomático de carrera que denunció «la ausencia de voluntad real» para emprender las reformas.
Paradójicamente, la terrible explosión ha quebrado el aislamiento diplomático del gobierno, que estaba condenado al ostracismo por las ricas monarquías del Golfo hostiles a Irán, y ahora está llegando la ayuda internacional.
En cualquier otro país, el gobierno renunciaría tras una explosión de tal magnitud», opina Maha Yahya, directora del centro Carnegie-Medio Oriente.
Las explosiones provocadas el martes por un incendio en un depósito que almacenaba una enorme cantidad de nitrato de amonio, según las autoridades, produjeron al menos 137 muertos y miles de heridos, y dejaron a cientos de miles de personas sin hogar.
Pese a la bronca popular, una renuncia inmediata parece improbable dado que no existe aún una alternativa», estima la politóloga Karim Emile Bitar.
– ¿UN NUEVO ALIENTO PARA LA REVOLUCIÓN? –
El levantamiento popular que había estallado el 17 de octubre perdió fuerza por la pandemia y por el cansancio de la población, de rodillas por la brutal degradación de sus condiciones de vida.
La pandemia había dado un respiro para la clase política», estima Bitar, que asegura que la tragedia que tuvo lugar el martes dará «un nuevo aliento a la revolución». «Los libaneses estarán más decididos a pedir a esta casta política corrupta que rinda cuentas», señala.
La analista cree que la segunda fase del levantamiento será «brutal» y puede «caer en la violencia».
Maha Yehya se muestra más medida: el drama podría también impulsar a más gente a exiliarse. (I)
Fuente:www.excelsior.com.mx