Según las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), el 68% de la Población Económicamente Activa (PEA), es decir, 5’348.057 personas, está en la informalidad y en varios tipos de trabajos inadecuados.
Si 79.000 de esos ecuatorianos hicieran la transición hacia la formalidad, lo que representaría un 1% más de empleos adecuados, se generaría un financiamiento adicional de alrededor de $83,2 millones al año, para el sistema de pensiones y atención de la salud, a través del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).
Esa conclusión se desprende del estudio ‘Los sistemas de pensiones y salud en América Latina: los desafíos del envejecimiento, el cambio tecnológico y la informalidad’, elaborado por Banco de Desarrollo de América latina (CAF).
Inyección económica
Cada nuevo trabajador formalizado podría aportar, en promedio, $1.050 al año para sostener financieramente el sistema de protección social del país
El efecto se maximizaría, por ejemplo, si pudiéramos generar las condiciones para retomar los niveles que teníamos en 2011, cuando la informalidad llegaba al 54% de la PEA. De acuerdo con la CAF, un aumento del 14% en el empleo adecuado generaría una inyección del 1,9% del Producto Interno Bruto (PIB) o alrededor de $1.900 millones anuales para el fondo de pensiones y de salud del IESS.
Dos áreas donde hay mucho espacio de mejora son, por un lado, los jóvenes de hasta 29 años con un acceso al empleo formal que no supera el 31% de la PEA; por otro lado, los emprendedores o trabajadores por cuenta propia que, de acuerdo con el estudio del organismo multilateral, solo en el 15% de los casos generan aportes al sistema de seguridad social.
Alberto Acosta Burneo, analista económico, explicó que la base de cualquier mejora en el mercado de trabajo está en la modernización de la legislación vigente. En ese sentido, según el analista, se debería normar solo los principios básicos de la relación laboral y dar campo a que las partes convengan y lleguen a sus propios contratos.
Por otra parte, Antonia López, economista y pequeña empresaria, un paso importante son las cuatro nuevas modalidades que recientemente emitió el Ministerio de Trabajo para turismo, emprendimiento, producción y jóvenes.
Más participación de las mujeres
Actualmente, solo un poco más de 874.000 mujeres tienen un empleo adecuado, dentro de una PEA de 3,3 millones. Si alrededor de 33.000 personas, dentro de este segmento, dejaran la informalidad se podría generar una inyección adicional de 0,02% del PIB, es decir, $20,8 millones anuales para el sistema de pensiones y salud.
En este contexto, según la CAF, uno de los retos más importantes del país es ir reduciendo la brecha de género existente dentro del mercado laboral. Así, mientras el 36% de los hombres tiene un empleo formal, solo el 26% de la población femenina está en esa situación.
El organismo multilateral destaca que se debe acatar dos factores para cambiar esa situación: las dificultades para conciliar la vida familiar con el desarrollo profesional y la brecha de género en el nivel de educación formal.
“Entre menos rigideces haya para la contratación, el espacio para ajustarse a crisis como las actuales se amplía. Las garantías para los formales están bien, pero el reto del país es ir reduciendo el inmenso nivel de informalidad que tenemos”. Alberto Acosta Burneo, analista económico. (I)
Fuente:www.lahora.com.ec