El exministro del Interior de Ecuador y actual presidente de la Comisión de Justicia de la Asamblea Nacional (Parlamento), José Serrano, aseguró este viernes que el servicio de prisiones y otros organismos recibieron más de 40 alertas de que se iban a producir altercados dentro de las prisiones. «La Policía Nacional, el Ministerio de Gobierno y (el servicio de prisiones) SNAI recibieron más de 40 alertas del sistema de inteligencia de que estos hechos se iban a suceder», aseguró en una audiencia celebrada hoy de la Comisión de Justicia de la Asamblea.
Aclaró que uno de esos informes era del «del 22 de febrero», un día antes de que ocurrieran los amotinamientos y enfrentamientos que dejaron unos 80 muertos en cuatro centros penitenciarios del país. Serrano asegura que esa información contenía detalles «específicos» acerca de los «centros penitenciarios en los que se iba a dar esta tragedia» y denunció que el Gobierno «no hizo absolutamente nada».
Aunque los motines y crímenes dentro de las cárceles ecuatorianas son comunes, el martes el país vivió la peor jornada de violencia en su historia penitenciaria cuando dos bandas criminales se embarcaron en un sangriento ajuste de cuentas en cuatro centros de reclusión de las ciudades de Guayaquil, Cuenca y Latacunga. El balance final fue de unos 80 fallecidos y una veintena de presos heridos en las reyertas, y hasta el miércoles por la noche la Policía y Fuerzas Armadas tuvieron que intervenir para frenar los amotinamientos y un intento de fuga el jueves en Guayaquil. Serrano, considerado «todopoderoso» responsable del Interior de Ecuador entre de mayo de 2011 y de noviembre de 2016, aseguró en la sesión de la comisión parlamentaria que el problema de inseguridad no es en las cárceles sino en todo el país, y que es «mucho más grave y compleja» de lo que aparenta. «Las bandas se han tomado las calles del sur de Guayaquil, del sur de la provincia de Guayas, las de Esmeraldas, los Ríos y Manabí», donde dijo, «se concentra el microtráfico y narcotráfico» del país. Aunque no es productor, Ecuador es una de las principales vías de salida de la droga que se produce en Colombia y Perú, y el control de la zona costera es crucial para este fenómeno. Los sucesos en las prisiones fueron atribuidos por el presidente Lenín Moreno a la rivalidad entre dos bandas locales por el mercado de la delincuencia y el narcotráfico, los «Choneros» y los «Lagartos». Y el Gobierno cree que el asesinato del cabecilla de una de esa bandas, alias «Rasquiña», en diciembre en la ciudad de Manta fue lo que propició el sangriento ajuste de cuentas. Serrano reveló este viernes que Rasquiña fue liberado de prisión en junio de 2020, 12 años antes de cumplir toda su condena, en un acuerdo con las autoridades. «Se llegó a un acuerdo con funcionarios del Gobierno para que este individuo, complotado con otros cabecillas, mantenga el orden, es decir, los delincuentes mantengan el orden y den información de bandas en el país», afirmo. Todo ello a «cambio de esa prelibertad, una sentencia de 20 años que se redujo a 8, menos de la mitad de la condena». «Esta es la acción de un Gobierno inoperante y corrupto que esta preocupado de poner vacunas (a los amigos, periodistas y familiares) y no de proteger a los ciudadanos ecuatorianos de las estructuras criminales que se han apoderado del país», concluyó al acusar al Ejecutivo de «meter la cabeza en la tierra como el avestruz». A la sesión de hoy habían sido convocados varios altos funcionarios del Gobierno, pero ninguno de ellos compareció. La Asamblea Nacional ha convocado el lunes al ministro de Gobierno (Interior), Patricio Pazmiño, al comandante general de la Policía, Patricio Carrillo, y al director del servicio de rehabilitación SNAI, Edmundo Moncayo. La situación en las prisiones era de calma contenida este viernes, sin que se haya informado de nuevos altercados.