El Gobierno ecuatoriano rechazó este miércoles las declaraciones del presidente de Argentina, Alberto Fernández, referentes a la relación entre el gobernante del país andino, Lenín Moreno, y quien fuera su vicepresidente al inicio del Gobierno, Jorge Glas.
La Cancillería ecuatoriana instruyó a su Embajada en Buenos Aires que presente al Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto argentino «una enérgica protesta» por las declaraciones de Fernández realizadas el martes en la entrevista en canal 5 noticias (CN5).
En esa entrevista, Fernández aludió a la relación de Moreno con Glas al ser consultado sobre Cristina Fernández, y las presunciones de algunos sectores al inicio de su gestión de que podría llegar a romper vínculos con ella una vez en el poder.
«Yo no soy Lenín Moreno. Yo no soy Lenín Moreno ¿eh?. El que lo imagina no me conoce. Yo puedo tener diferencia con Cristina. Las tengo, no es que las tuve, las tengo. Tenemos miradas distintas en muchas cosas o en algunas, no sé si en muchas. Pero yo acá llegué con Cristina y de acá me voy con Cristina», dijo.
El Gobierno del Ecuador «rechaza enfáticamente las expresiones utilizadas por el presidente Fernández y las considera una inaceptable intervención en los asuntos internos de otro Estado», señala un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores del país andino.
En la misiva de protesta, se señala que el Gobierno ecuatoriano «no acepta que se realicen comparaciones insultantes para con el presidente de la República del Ecuador».
Y finaliza afirmando que el sistema de justicia de Ecuador «goza en la actualidad de absoluta independencia y autonomía en todos sus actos y, el trabajo que viene realizando en la lucha contra la corrupción, tiene el único propósito de devolver el estado de derecho y la libertad de acción al poder judicial ecuatoriano».
GLAS: DESTITUIDO Y EN PRISION
En agosto de 2017, Moreno retiró «todas las funciones» asignadas a Glas tras la disputa surgida entre ambos y las críticas de este último a su gestión.
Glas denunció entonces que, además, se le había retirado la posibilidad de uso del avión presidencial, como muestra de una presunta «retaliación» o revancha en su contra.
Y ratificó que no renunciaría al cargo y que cumpliría los cuatro años para los que fue electo como vicepresidente en fórmula electoral con Moreno en 2017.
No obstante, el 3 de octubre de ese año, la Justicia ordenó la prisión preventiva de Glas por su presunta vinculación a una de las tramas de corrupción de la constructora brasileña Odebrecht, caso en el que finalmente fue sentenciado a seis años de prisión.
Glas, que fue también vicepresidente de Rafael Correa en los últimos años de su década de Gobierno, cumple la sentencia en una de las cárceles de mayor seguridad de la región andina y afronta, además, otros procesos judiciales por presunta corrupción. (I)
Fuente:www.ecuavisa.com