Para 2021 Lenín Moreno “soñaba” con un Ecuador donde todos tengan vivienda digna, especialmente los más pobres, donde los niños no sufran de desnutrición, donde la pobreza se reduciría y el empleo se multiplicaría, así se detalla en el plan de gobierno Toda una Vida diseñado en los primeros cien días de su Administración en 2017. Algunas metas planteadas, que fueron reajustadas en el camino, se cumplieron a medias y otras simplemente ni siquiera estuvieron en la agenda.
Una de las principales promesas del presidente saliente, incluso en campaña, fue la creación de 250.000 plazas de trabajo por cada año de su gobierno, es decir, que al finalizar su mandato debía generar al menos un millón de empleos. Aunque en enero de 2018, ya en el poder, “aclaró” que se trataba de 500.000 en todo su periodo. Esto buscaba bajar la tasa de desempleo que ese año estaba en 4,6%, según cifras del Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos (INEC).
Sin embargo, Moreno finalizará su mandato con un aumento de más de un punto en este indicador (5,7%), aunque las organizaciones sindicales han criticado esta medición y aseguran que el porcentaje es mucho mayor. Solo en 2020, al menos 700.000 puestos de trabajo formales se perdieron. Moreno ha justificado este incumplimiento con la situación “catastrófica” en la que heredó las cuentas nacionales y, en este último tramo de su periodo, con la pandemia.
Para enfrentar el impacto de la paralización de las actividades económicas debido al COVID-19, logró, en 2020, la aprobación de la llamada Ley de Apoyo Humanitario, que según el mandatario saliente ayudó a salvar “miles de empleos”, aunque los gremios de los trabajadores afirman que la normativa ha precarizado las condiciones laborales.
Otra de las promesas que se tuvo que ajustar fue la construcción de viviendas. Inicialmente Moreno prometió 325.000 viviendas en el plan Casa para Todos, pero en 2018 anunció que el número sería 220.000. Lo atribuyó a la crisis económica. Luego, con la pandemia encima, se volvió a ajustar y la meta quedó en 142.000.
Sin embargo, hasta el 28 de abril pasado se habían construido un poco más de 123.000 casas, según cifras del Ministerio de Vivienda. De este total, algo más de 30.000 fueron 100% subsidiadas por el Estado (y que son para personas en condición de pobreza), indica una verificación de datos de la Universidad de las Américas.
Esto deja en entredicho, según el estudio, las declaraciones de Moreno, realizadas en febrero de 2021, donde afirmó “que su gobierno entregó más viviendas sociales que otras administraciones en estos últimos 20 años”.
El crecimiento económico tampoco alcanzó los resultados esperados. En 2017 se registró un aumento del 3%, en 2018 fue de 1,3%, en 2019 fue de 0,1%, según el Banco Central. En cambio, en el 2020, ya con pandemia, hubo un decrecimiento del 7,8%, la contracción más profunda en el último siglo.