El mandatario de Brasil estará presente en la investidura de Lasso.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, viajó este domingo a Ecuador para participar en la investidura del presidente electo, el centroderechista Guillermo Lasso, con quien espera trabajar conjuntamente «por la libertad» de la región.
El gobernante partió rumbo a Quito tras participar en una caravana de motos en Río de Janeiro, la cual provocó aglomeraciones pese a que el país suramericano vive un repunte en el número de casos que hace temer la llegada de una tercera ola.
Bolsonaro, quien no detalló su agenda, concurrirá el lunes a la toma de posesión de Lasso, de la alianza conservadora CREO-PSC y quien fue elegido presidente de Ecuador el 11 de abril pasado tras vencer en los comicios a su rival Andrés Araúz, vinculado al expresidente Rafael Correa, de izquierdas, con un 52,50 % de los votos.
Esta será la segunda toma de posesión de un presidente latinoamericano en la que participará el líder de la ultraderecha brasileña desde que asumió el poder, el 1 de enero de 2019.
Bolsonaro también acudió en marzo de este año a la investidura del mandatario de Uruguay, Luis Lacalle Pou, un político conservador cercano a su línea ideológica, aunque más moderado.
La reacción del presidente brasileño respecto a la elección de Lasso y Lacalle Pou ha sido muy distinta a la que tuvo cuando ganó en Argentina el peronista Alberto Fernández, a quien Bolsonaro llegó a calificar de «bandido de izquierdas», se negó a felicitar tras su victoria y no acudió a su toma de posesión.
A diferencia de otros países de la región, como Ecuador, Bolivia o Uruguay, donde se ha mantenido discreto en relación al proceso electoral, Bolsonaro tomó partido en los comicios presidenciales de Argentina en favor de Mauricio Macri, que acabó siendo derrotado, y no ha mantenido ningún encuentro presencial con Fernández, pese a que el país vecino es su principal socio comercial en la región.
El mandatario brasileño tampoco dudó en posicionarse durante los comicios electorales de Estados Unidos a favor del entonces mandatario Donald Trump, por el que Bolsonaro ha expresado públicamente su admiración.
El presidente tan solo reconoció el triunfo del demócrata Joe Biden un mes después de su elección en las urnas, en un mensaje en Twitter en el que imprimió un tono amistoso, muy distante del que había mantenido desde el inicio de la campaña en Estados Unidos.
Cada vez más aislado en el escenario internacional, Bolsonaro ha intentado amenizar el tono en los últimos meses, especialmente en materia medioambiental, y recientemente, en la cumbre del cambio climático convocada por Biden, se comprometió, al menos sobre el papel, a poner fin a la deforestación ilegal hasta 2030.
La política exterior de Bolsonaro también le ha distanciado de su principal socio comercial, China, al que el jefe de Estado y otros miembros del Gobierno no han duda en criticar pese a su dependencia en diversos frentes, incluido los insumos para la producción de vacunas.