El Gobierno habla de impulsar la transición ecológica, pero también de duplicar la producción petrolera y ampliar la industria minera. Así llega Ecuador a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima (COP26), que se inicia este domingo 31 de octubre del 2021 en Glasgow, Escocia.
La propuesta de la comitiva del país, liderada por el presidente Guillermo Lasso, por el ministro de Ambiente Gustavo Manrique y el canciller Mauricio Montalvo, es que los países desarrollados colaboren con Ecuador en la mitigación del cambio climático.
El eje de la postura ecuatoriana será resaltar la contribución de Ecuador a la conservación del medioambiente. Según Manrique, el país es responsable solo del 0,18% de las emisiones mundiales, pero al ser un territorio megadiverso, ofrece “servicios ecosistémicos”, que se evidencian en la calidad del aire y del agua, entre otros indicadores.
“Somos un país que contamina poco y que da un servicio importante al mundo. Entonces, los países más desarrollados tienen que asumir su responsabilidad y pagarnos, financiarnos a nosotros para ayudar con la adaptación al cambio climático”.
El presidente Lasso, antes de viajar a Escocia, esbozó parte de la propuesta. Él habló de plantear la posibilidad de que los países más ricos del mundo coloquen derechos especiales de giro recibidos del Fondo Monetario Internacional (FMI) en países de renta media como Ecuador, en función del cumplimiento de metas.
El ministro de Ambiente señaló que se espera concretar acuerdos con Noruega, Alemania, Estados Unidos y otros países que han mostrado apertura para colaborar a través de tecnología, educación, capacitación, pero sobre todo con recursos económicos.
Organizaciones sociales y ambientalistas no están del todo conformes con la postura de Ecuador. Pedro Bermeo, de Yasunidos, dice que Lasso ha incumplido los compromisos ecológicos que ofreció en la segunda vuelta electoral.
El activista cree que en la práctica está “profundizando severamente el extractivismo” y amenaza a la zona de Ishpingo, la cual es considerada “el corazón del Yasuní”.
En concreto, se refiere a los Decretos 95 y 151, con los que el Gobierno estableció su plan de acción petrolero y minero, respectivamente. El objetivo de Lasso es duplicar la producción petrolera en los cuatro años de su gestión. Hasta agosto pasado, el país bombeó 498 000 barriles diarios.
En cuanto a minería, el Plan Nacional de Desarrollo destaca que la minería, en 2020, representó el quinto rubro más alto de las exportaciones no petroleras, El Mandatario señaló que espera lograr exportaciones mineras por USD 1 600 millones en este año.
La Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), con su presidente, Leonidas Iza, está en contra de esos decretos y llamó a formar un frente anti extractivista. El 18 de octubre pasado, organizaciones indígenas presentaron dos acciones de inconstitucionalidad contra los decretos 95 y 151, pues consideran que se vulnera el derecho a la consulta previa y el consentimiento libre e informado, entre otros derechos colectivos.
El ministro de Ambiente sostiene que para lograr la transición ecológica que plantea el Gobierno se necesitan minerales. “Tenemos que encontrar un punto de encuentro. Y (la minería) tiene que hacerse en zonas permitidas, no en fuentes hídricas, ni sensibles, Tiene que hacerse con la máxima tecnología”, dice.
Asegura que en estos cinco primeros meses del Gobierno hubo 39 inspecciones a concesiones mineras y se suspendieron 25. Además, confirma que actualmente se han solicitado licencias y se hacen estudios para, al menos, ocho proyectos mineros.
Sobre el petróleo, reconoce que el país necesita recursos para financiar los sectores de educación, salud, seguridad, combate a la desnutrición infantil. “ En ambos casos, la extracción debe darse con armonía con el ambiente, con la máxima tecnología para que se cumplan todos los controles”.