Ecuador acelera los trabajos para superar la emergencia petrolera por la paralización de actividades en los dos oleoductos, estatal y privado, debido a la erosión en las márgenes del Río Coca en el sector de Piedra Fina 2, en la provincia de Napo.
Las tareas buscan evitar mayores impactos económicos que, según el Gobierno, ya suman USD 600 millones; entre otros por la paralización progresiva de la producción de crudo.
Petroecuador informó que la séptima variante del Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE), ubicada en el sector de San Luis, registra un avance del 73% y estará concluida en 17 días. Con ello, el Gobierno espera retomar las operaciones de transporte de crudo, desde la Amazonía ecuatoriana hasta la provincia de Esmeraldas desde el 29 de diciembre.
Por su parte, el Oleoducto de Crudos Pesados, a cargo de la empresa privada del mismo nombre, construye su novena variante temporal.
Esa infraestructura tendrá el mismo trazado que la séptima variante del SOTE y registra un 40% de avance. OCP espera que estará concluida la primera semana de 2022.
El Poliducto Shushufindi – Quito, que transporta nafta y gas licuado de petróleo (GLP), también suspendió operaciones por el avance de la erosión en las márgenes del río Coca.
De acuerdo con la petrolera estatal, la quinta variante de este ducto tiene 2,5 km y tiene un avance del 81%. Petroecuador calcula que estará operativa desde el 18 de diciembre de 2021.
“Los trabajos para la construcción de las variantes se realizan en jornadas extendidas de 24 horas para cumplir con los plazos previstos y se desarrollan bajo condiciones climáticas adversas, ya que en el sector las lluvias son constantes”, explicó la firma estatal.
Pese a la situación compleja en el sector petrolero, el Gobierno dijo que “el abastecimiento de combustibles está garantizado a escala nacional“.