Dos tragedias socio-ambientales sucedieron durante el pasado mes de diciembre en Ecuador. Por un lado, un socavón (hundimiento de suelo) se registró en el cantón Zaruma, provincia de El Oro, dejando a cerca de 300 personas evacuadas, mientras que en la provincia del Napo, en el poblado San Luis, la erosión regresiva del río Coca amenaza la seguridad de 130 familias.
El factor común que une ambos eventos, dicen los expertos, es la intervención humana. Uno de ellos es Gustavo Redín, presidente del Comité Ecuatoriano para la Defensa de la Naturaleza y el Medio Ambiente (CEDENMA), quien asegura que «tanto en Zaruma como en la erosión del río Coca hay una intervención directa del ser humano». En ese sentido, expone que toda actividad extractiva causa daño irreversible.
Según especialistas el Estado ha fallado en aplicar las medidas de control.