Uno de los sectores más perjudicados por el conflicto entre Rusia y Ucrania es el bananero, pues 25% de las exportaciones ecuatorianas se destinan hacia estos países.
La guerra ha generado una serie de sanciones económicas a Rusia, por lo cual a la presente fecha el 60% (alrededor de 1 millón) de las cajas de banano destinadas a este país no se puedan exportar debido a varios factores.
Entre estos se destacan el retraso en los pagos, reducción de compra o cancelación de contratos con exportadores de banano por parte de importadores rusos.
Además, problemas logísticos por la decisión de varias compañías navieras de no transportar la fruta hacia Rusia, debido al alto congestionamiento de contenedores en los diferentes puertos europeos donde se hacen transbordos hacia Petersburgo.
Adicionalmente las exportaciones de banano hacia Ucrania (180.000 cajas semanales) desde el inicio del conflicto se encuentran cerradas, es decir 1.180.000 esta semana no han podido exportarse, ni colocadas en otros destinos.
Para evitar que se produzca una crisis social incalculable y para evitar que los mercados mundiales se vean afectados por esta situación nunca antes experimentada para la industria, los productores y exportadores de banano del Ecuador trabajan conjuntamente en medidas para mitigar los perjuicios en pro del beneficio común para la industria y el país”, indica un comunicado del Clúster Bananero.
Los exportadores han mantenido conversaciones con las prefecturas de Guayas, Los Ríos y El Oro, así como con otras instituciones para que los programas de alimentación coordinados por ellos se encuentren listos para receptar la fruta que no se podrá exportar hacia Rusia y Ucrania.
Asimismo, la fruta no exportada funcionaría como un abono ideal para las tierras agrícolas por su alto contenido de potasio.
“Exhortamos nuevamente a los consumidores, supermercados, importadores internacionales y a todos quienes integran la cadena, a actuar consecuentemente conscientes del impacto causado por las diferentes externalidades y costos que no pueden ser asumidos únicamente por los productores y exportadores, sino que deben ser compartidos por todos los integrantes de la cadena de banano”, detalla el documento.
Además, exigen el cumplimiento de “esa responsabilidad compartida, pagando por el precio justo por la fruta, ya que de no hacerlo la sostenibilidad del banano ecuatoriano se verá amenazada”, específica.