Los padres de familia de la unidad educativa Tránsito Amaguaña, en la cooperativa Balerio Estacio, al noroeste de Guayaquil, están preocupados e indignados.
Este lunes 16 de enero, ante el gobernador del Guayas, Lorenzo Calvas, expusieron su malestar.
Y es que, en este sector, así como en casi todo el Puerto Principal, la violencia criminal agobia.
La semana pasada, por ejemplo, hallaron tres piernas humanas afuera del colegio Tránsito Amaguaña. Las clases se suspendieron, los menores fueron retirados, hubo conmoción, pero aún no hay una solución efectiva.
A ellos no les molesta tener que dar un dólar mensual por cada estudiante para pagar a supuestos guardias que vigilen las instalaciones, sin embargo, afirman que no saben cuál es el destino de los casi 4.000 dólares mensuales.
«Aquí lo que traen es un hombre, un padre de familia, que dizque hace guardia. ¡Qué nos presenten ahorita el guardia!», dijo una madre de familia al gobernador.
La rectora del plantel confirmó que los representantes colaboran para pagar a guardias, pese a que no deberían hacerlo, pese a que el Estado garantiza una educación gratuita.
Por otra parte, los padres denunciaron que el dinero recolectado supuestamente también iba a ser utilizado para limpiar los baños, que hoy estaban sucios.
La autoridad incluso constató que uno de los alumnos estaba limpiando el servicio higiénico.
Las clases continúan suspendidas en el Tránsito Amaguaña. Calvas prometió atender la situación. Este mismo lunes, al mediodía, iba a abordar la problemática en una reunión en la que iban a participar representantes de distintas instituciones.
De su lado, desde el Ministerio de Educación hay silencio.