Recibir un resultado positivo tras hacerse una prueba de covid-19 era quizá la peor noticia que una persona podía recibir cuando inició la pandemia en 2020. En Ecuador este 16 de marzo se cumplen tres años desde que se declaró por primera vez la emergencia sanitaria y desde ese momento hasta ahora muchas cosas han cambiado.
Era lunes y en Ecuador ya se había escuchado de ese coronavirus e incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya le había declarado como pandemia.
De hecho, ese día el Ministerio de Salud Pública (MSP) confirmaba 58 casos en el país y dos decesos. Para la noche del 16 de marzo de 2020, el presidente de ese entonces, Lenín Moreno, decidió declarar Estado de Excepción por emergencia sanitaria.
Eso implicó el confinamiento. Los trabajadores debían acogerse al teletrabajo, los estudiantes a clases en línea y miles de negocios tuvieron que cerrar. En julio de 2021 el Gobierno reveló que 22 mil empresas desaparecieron en Ecuador durante el primer año de la pandemia.
El panorama se volvió desolador en Guayaquil. Cadáveres eran abandonados en las calles porque el sistema de salud no abastecía para el tratamiento adecuado de cada uno.
En todo el país, decenas de personas buscaban atención en centros de salud, incluso, a pesar de necesitar vigilancia médica permanente, no tenían otra alternativa que llevar la enfermedad desde casa, conectados a un tanque de oxígeno. Ese es el caso de Michelle Loaiza y su familia. Su abuelo es uno de los 36 mil ecuatorianos que murieron durante los tres años de pandemia.