Un fuerte viento que alcanzó los 25 kilómetros por hora, derribó el árbol de Navidad de la Casa Blanca. Se trató de un abeto, decorado con luces de colores, situado en el sur de la edificación, en una parte de los jardines conocida como la Elipse y que puede ser visitada por el público.
De hecho, con sus luces, bombillos y cintas de color rojo, ese árbol suele convertirse en una de las principales atracciones turísticas para aquellas familias que visitan la capital de EE.UU. durante las vacaciones de Navidad.
Tradicionalmente, el abeto suele tener a su alrededor 50 pequeños árboles, uno por cada estado de Estados Unidos y que suelen lucir ornamentos diseñados por niños y con detalles sobre la historia, la cultura y las tradiciones de cada rincón del país.