La esperada presentación de la cantante chilena cautivó a su audiencia ecuatoriana en el coliseo Rumñahui, donde ofreció un espectáculo que se prolongó por más de dos horas. El extenso repertorio incluyó más de 30 canciones.
A pesar de la noche fría del jueves, la temperatura de Quito se elevó cuando Mon Laferte regresó a la capital después de dos años.
Aunque la lluvia y un cielo nublado amenazaban antes del espectáculo, la cantante chileno-mexicana iluminó el coliseo con un despliegue colorido y visualmente impresionante, donde su carisma y voz brillaron como protagonistas.
Alrededor de las 20:15, las luces se apagaron y el público estalló en gritos de alegría. Como parte de su gira Autopoiética, Laferte hizo su entrada con un atuendo característico: un vestido celeste acampanado adornado con destellos.
Durante casi todo el espectáculo, Mon Laferte estuvo acompañada por cuatro bailarines que se adaptaron a la variedad del repertorio, realizando cambios de vestuario y movimientos con abanicos, contribuyendo al dinamismo del show.