Yao Cabrera, reconocido influencer de origen uruguayo, enfrenta una sentencia de cuatro años de prisión por su implicación en delitos de trata de personas con fines de explotación sexual, laboral y reducción a la servidumbre.
El caso salió a la luz cuando una exempleada del youtuber denunció ante las autoridades los abusos que sufrió mientras trabajaba para él. Según su testimonio, inicialmente fue contratada como diseñadora gráfica, pero pronto se vio obligada a participar en actividades que incluían la grabación de contenido para redes sociales.
La situación empeoró cuando Cabrera le informó que no recibiría un salario monetario, sino que sería compensada con «seguidores» en sus redes sociales. La exempleada, en una situación familiar delicada, se vio atrapada en esta dinámica abusiva.
Los informes revelan que la joven trabajaba largas jornadas, con apenas descanso, y recibía una alimentación insuficiente y de baja calidad. Además, fue sometida a tareas humillantes y degradantes, bajo constantes amenazas por parte del influencer.
El caso de Yao Cabrera pone en evidencia la vulnerabilidad de algunos trabajadores frente a las prácticas abusivas en el mundo de la influencia digital, generando un debate sobre la protección de los derechos laborales en este ámbito.