Willow, la película de culto de fantasía de 1988 dirigida por Ron Howard y basada en una idea de George Lucas, ha cautivado a audiencias de todas las edades a lo largo de los años. Sin embargo, es importante señalar que esta obra no es necesariamente apta para los más pequeños.
La clasificación de mayores de 12 años probablemente se justifique por varias razones, entre las cuales se destacan las impactantes escenas finales cargadas de efectos especiales que podrían inducir fácilmente a la confusión, incluso llegando a parecer escenas de terror.
Una escena que ha dejado una fuerte impresión en muchos espectadores es aquella en la que el troll se transforma en una masa viscosa de carne, evocando imágenes reminiscentes de los escalofriantes efectos de La cosa de John Carpenter. Este encuentro tiene lugar en el castillo de la malvada reina Bavmorda, interpretada por Jean Marsh, donde el protagonista, Willow, se ve envuelto en una batalla épica.
Aunque esta transformación del troll en una grotesca masa de carne humeante con múltiples cabezas puede considerarse el momento más inquietante de la película, otras escenas finales también mantienen un nivel de tensión palpable.