En un drama desgarrador, un pequeño de apenas 8 años, acompañado por su hermanito de 5 y su hermanita de 2, derrama lágrimas ante la trágica pérdida de su padre, José Fermín Santana.
La vida de Fermín fue arrebatada de sus seres queridos por la violencia de piratas en altamar mientras buscaba el sustento diario para su familia.
Hoy, en Anconcito se vivió dolor en el sepelio de José. Sus restos encontraron descanso en el cementerio de dicha localidad, mientras la comunidad pesquera se unía en un lamento unánime por la injusta partida de uno de sus propios.
En un ambiente cargado de impotencia, los pescadores claman por protección, sintiéndose vulnerables ante la amenaza constante del crimen organizado que acecha en las aguas que alguna vez fueron su fuente de vida.