Siempre hay un gran potencial para adaptaciones de historias reales de crímenes más grandes que la vida, brindando espacio tanto para autores con visión como para estrellas que desean brillar.
Sin embargo, el declive del cine adulto de mediano presupuesto ha reducido estas propuestas al mínimo, a menudo relegándolas a producciones de streaming que, aunque populares, tienden a ser medianamente olvidables.
Un ejemplo notable es «Barry Seal: El traficante», una película protagonizada por Tom Cruise y dirigida por Doug Liman, que lleva a un buen nivel una fascinante historia criminal. Esta película, disponible en Netflix por tiempo limitado, estará en el catálogo hasta el 30 de junio.
Ambientada en la década de los años 80, la película narra la vida de Barry Seal, quien después de trabajar como piloto de TWA, la mayor aerolínea estadounidense, se convierte en un narcotraficante del cartel de Medellín.
Posteriormente, es reclutado por la CIA como mercenario para realizar labores de inteligencia. Además, se convierte en informante de la DEA, la Administración para el Control de Drogas, debido a sus profundos conocimientos en el tráfico de drogas.