Kate Winslet, una de las actrices más queridas y carismáticas de Hollywood, ha demostrado ser una estrella excepcional a lo largo de su carrera. Sin embargo, cuando protagonizó Titanic, todavía no había alcanzado la fama monumental que tiene hoy.
Desde entonces, ha ganado confianza y empoderamiento, lo que le permite hablar con absoluta honestidad sobre su trabajo. Un ejemplo de esto es una anécdota que compartió sobre el rodaje de la icónica película de James Cameron, algo que probablemente otros actores no habrían confesado.
En una entrevista con Rolling Stone en 1998, Winslet reveló que en alguna ocasión tuvo que orinar en el enorme tanque de agua donde se filmaron varias escenas. Tanto ella como su coprotagonista, Leonardo DiCaprio, pasaban largas horas sumergidos, y las pausas para ir al baño eran complicadas debido al vestuario.
Winslet también recordó otros inconvenientes de rodar en el agua: «Había momentos en los que literalmente estábamos nadando por los pasillos. Mis pies se enredaban en el vestido de gasa y me hundía. En un momento, Jim [Cameron] dijo: ‘A la mierda, no permitiré que mi actriz se ahogue’. ¡Tijeras!’. Y mi vestido quedó casi como una camiseta, podías ver mis bombachos debajo. Lo llamamos el vestido de Bo Peep».
El rodaje de Titanic duró siete meses, durante los cuales James Cameron mostró su gran perfeccionismo. Una de las anécdotas más extendidas es que varios miembros del equipo se intoxicaron con PCP, aunque nunca se supo con certeza cómo ocurrió.