La tecnología de inteligencia artificial (IA) se adentra en terrenos sensibles con la creación de avatares digitales de personas fallecidas, ofreciendo una forma innovadora de mantener la conexión con ellos. Aunque no hay nada sobrenatural en esta aplicación de la IA, plantea importantes interrogantes socio-éticos.
Cuando fallece un ser querido, podemos recordarlo a través de fotos, videos o mensajes, e incluso ‘hablar’ con ellos en nuestra mente.
Pero, ¿y si pudieran contestarnos? La industria digital del «más allá» ahora ofrece la posibilidad de crear avatares de aquellos que ya no están, permitiendo a los usuarios conversar con ellos en tiempo real. Estos avatares pueden reproducir la imagen y la voz del fallecido, solo su voz o simplemente por escrito.
Estos «robots de duelo» se generan a partir de una red neuronal que aprende a imitar el comportamiento o la forma de pensar del fallecido utilizando su huella digital, contenido en redes sociales, mensajerías y correos electrónicos. Cada persona tiene una manera única de vivir el duelo, y estas tecnologías pueden transformar ese proceso.
La doctora en Psicología Belén Jiménez, de la Universitat Oberta de Catalunya (España), subraya la importancia de velar tanto por el respeto y la dignidad de la persona fallecida como por el bienestar psicológico del usuario. Empresas como StoryFile, Eternos.
Life, Decembre Proyect y You, Only Virtual ofrecen servicios que incluyen videos conversacionales en los que la persona graba respuestas a preguntas sobre su vida y conversaciones con ‘chatbots’ generados por IA que imitan la voz del fallecido o solo interactúan mediante texto.
En algunos casos, es la propia persona quien prepara todo para activar este servicio tras su muerte, pero también puede ser configurado por sus seres queridos.