Ridley Scott no tenía conocimientos sobre el Imperio Romano ni sobre el guion que acababa de escribir David Franzoni cuando se enamoró del proyecto de «Gladiator» en una reunión, gracias a una imagen.
Esa imagen era la pintura «Pollice Verso» del artista Jean-Léon Gérôme, creada en 1872. Aunque la pintura, exhibida en un museo de Arizona, despertó el interés de Scott, él no conocía la trama de «Gladiator» cuando los productores se la presentaron. Su respuesta fue simple: «No importa, la voy a hacer». Y así fue.
La película, que se estrenó en el año 2000, acabó ganando cinco Óscars y se convirtió en la segunda película más taquillera del año, solo superada por «Misión Imposible 2». Ridley Scott fue ampliamente aplaudido por su trabajo. Sin embargo, surgió una pregunta evidente: ¿Cómo hacer una secuela de una película tan exitosa?
El cantante Nick Cave sugirió una idea para «Gladiator II» en la que Maximus, el protagonista, viajaría a través del tiempo, enfrentándose a figuras religiosas como Cristo y sus discípulos, y terminando en el Pentágono. Afortunadamente, o desafortunadamente, esta versión no se concretó, y «Gladiator II» será algo completamente diferente.
El éxito de la primera parte permitió a Scott recibir indulgencias por algunos errores en la película que a otros directores no se les hubieran perdonado. Un ejemplo notable ocurre en el minuto 21:57, donde se puede ver a alguien con pantalones vaqueros paseando tranquilamente detrás de Russell Crowe.
Dado que los vaqueros se inventaron 1693 años después de la época en la que transcurre la película, este error fue o una coincidencia irónica con la propuesta de Nick Cave o un descuido significativo.