La vicepresidenta de EE. UU., Kamala Harris, se reunió con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, para discutir la situación en Gaza. En una conversación franca y constructiva, Harris expresó serias preocupaciones sobre las víctimas en Gaza y subrayó la importancia de cómo Israel se defiende.
Insistió en que «es hora de que termine esta guerra» y destacó la necesidad de avanzar hacia una solución de dos Estados, mientras pedía a los estadounidenses que comprendan los matices del conflicto.
Estas reuniones se realizaron un día después de que Netanyahu pronunció un discurso en el Congreso de EE. UU., prometiendo una “victoria total” contra Hamás, mientras se enfrentaba a presiones tanto internas como internacionales para poner fin al conflicto en Gaza, que lleva nueve meses.
Harris reafirmó su compromiso inquebrantable con Israel y su derecho a defenderse, aunque su postura más dura en comparación con la del presidente Joe Biden, quien abandonó su campaña de reelección, sugiere una posible divergencia en la política exterior hacia Israel.
La posición de Harris es de gran interés dado que se espera que sea la candidata demócrata en las elecciones presidenciales de noviembre. Su enfoque hacia Israel podría influir significativamente en el apoyo que los demócratas reciben, especialmente entre los activistas de izquierda que han criticado el firme respaldo de Biden a Israel.