Kataleya, una niña de cuatro años originaria de Puerto Quito, en el noroccidente de Pichincha, fue víctima de una picadura de alacrán, según informó el Ministerio de Salud Pública (MSP).
Inicialmente, presentó síntomas de shock y dificultades respiratorias, por lo que fue atendida en el centro de salud de su localidad. Sin embargo, debido al agravamiento de su estado, la Red Pública Integral de Salud coordinó su traslado al Hospital Pediátrico Baca Ortiz (HPBO) en Quito.
En el HPBO, Kataleya fue recibida por un equipo multidisciplinario que le proporcionó soporte vital y neutralizó el veneno. Actualmente, la pequeña se encuentra estable, aunque permanecerá en observación.
Según la doctora Cristina Villavicencio, pediatra del servicio de emergencia, la intervención médica oportuna fue clave, ya que las picaduras de alacrán pueden ser mortales si no se tratan a tiempo. Afortunadamente, Kataleya no presentará secuelas, y la zona afectada (pie derecho) no mostró signos de infección secundaria.
Yoreli Allico, abuela de Kataleya, relató que la niña experimentó náuseas, vómitos y taquicardia, lo que llevó a la familia a buscar ayuda médica de inmediato. Agradeció al equipo del HPBO por la excelente atención recibida y expresó su alivio al ver que su nieta, tras recibir el antiveneno, mejoró rápidamente y ya estaba pidiendo comida.
Los especialistas recomiendan que, ante una picadura de alacrán, se traslade al paciente de inmediato a un centro de salud. El MSP continúa actualizando sus protocolos para la atención de picaduras de alacrán y mordeduras de serpientes, con el fin de que los profesionales de la salud puedan identificar los tipos de animales involucrados y manejar adecuadamente los efectos tóxicos.