Un espectáculo circense en Rusia tomó un giro inesperado cuando Donut, una osa parda de 260 kilos, atacó a su experimentado entrenador, Sergei Prichinich, dejando al hombre al borde de la muerte y aterrando a la audiencia.
Durante el acto, en el que el animal montaba una hoverboard, Donut repentinamente se lanzó hacia Prichinich, empujándolo y aplastándolo contra el suelo dentro de una jaula.
El entrenador luchó por liberarse mientras un trabajador fuera del encierro golpeaba al oso con un palo, logrando que se apartara. A pesar de la situación, Prichinich, levemente herido, se levantó y continuó con la rutina, sellando la actuación con un beso al oso, mientras los gritos de los niños aterrados resonaban en el lugar.
Nikita Mikhailov, jefe del Circo Moretti, elogió la calma del entrenador, quien continuó el espectáculo como si nada hubiera ocurrido. Sin embargo, el incidente ha reavivado el debate sobre el uso de animales en circos.
Yuri Koretskikh, un activista por los derechos de los animales en Rusia, criticó la persistencia del lobby circense en mantener estas prácticas, mientras que PETA destacó que la agresión de Donut es una reacción natural de un animal que vive en condiciones miserables.