Las tensiones entre la vicepresidenta Verónica Abad y los funcionarios del Ejecutivo continúan creciendo, con versiones contrapuestas que alimentan un constante enfrentamiento.
El objetivo final del Gobierno parece ser evitar que Abad asuma la presidencia en caso de que Daniel Noboa se dedique a su campaña de reelección prevista para enero próximo. Hasta el momento, las acciones para impedir que esto suceda no han sido efectivas.
En un nuevo intento de crear distancia, el Ejecutivo ha solicitado al Ministerio de Trabajo iniciar un sumario administrativo en contra de Abad, argumentando su tardío traslado a Ankara, Turquía. La Cancillería informó que Abad fue notificada el 27 de agosto para llegar a Ankara antes del 1 de septiembre, pero arribó con ocho días de retraso, el 9 de septiembre.
Esta no es la primera vez que Noboa presiona a la Vicepresidenta para que abandone el país. Anteriormente, le asignó la función de Embajadora para la paz en Tel Aviv, dándole solo seis días para trasladarse de Quito a Israel. Desde la campaña electoral de 2023, se ha visto una intención clara de alejar a Abad de Carondelet, motivada por las polémicas declaraciones y comportamientos de Abad durante ese periodo.
El Gobierno y su gabinete han sostenido que Abad busca asumir el poder con el apoyo de otros partidos para «revertir las victorias del gobierno», incrementando las acusaciones en su contra.
Además, la controversia en torno al «Caso Nene,» donde se investiga al hijo de Abad y a uno de sus asesores por presunto tráfico de influencias, ha dañado aún más la reputación de la Vicepresidenta. La negativa de la Asamblea para permitir su enjuiciamiento penal ha avivado las teorías del oficialismo en su contra.