Después del magnicidio del candidato presidencial Fernando Villavicencio, en agosto de 2023, a los ecuatorianos ya no les sorprende ver a los candidatos vistiendo chalecos antibalas y acompañados por equipos de seguridad policiales.
El presente y el futuro del Ecuador está en manos de los 288 servidores policiales entrenados para proteger a los postulantes, afirmó Guido Núñez, subsecretario del Ministerio del Interior, que participó en el evento de incorporación de esos uniformados.
Aunque es la primera vez que hay una organización previa de este nivel, con cápsulas de seguridad para cada binomio presidencial, según su perfil de riesgo, el Ministerio del Interior es responsable directo de la seguridad de los candidatos desde noviembre de 2018.
Y desde 2023 se suman cerca de una docena de políticos asesinados en Ecuador, que se ha convertido en el país más violento de la región y un centro de operaciones del narcotráfico y el crimen organizado.
Sin embargo, las cápsulas de seguridad, que cuentan con nueve agentes cada una, no tienen vehículos blindados, ni presupuesto para hospedaje, alimentación y movilización. A falta de recursos públicos, lo único que puede proveer la Policía Nacional son cascos, armas cortas y dos camionetas.
Esto pone en desventaja y riesgo a los candidatos que no cuentan con los recursos privados o partidarios para sostener ese gasto. Mientras que hay otros que, además, pueden contar con seguridad privada.
De todas formas, la ministra Mónica Palencia solo ha respondido ante la primera denuncia de un atentado, de Jimmy Jairala, candidato presidencial por Centro Democrático. Las denuncias de amenazas de Jan Topic (SUMA) y de Pedro Granja (Partido Socialista) siguen sin una respuesta pública por parte del Gobierno de Daniel Noboa.