Uno de los síntomas más comunes del COVID-19 es la anosmia o pérdida de olfato, en ocasiones también se presenta la pérdida del gusto. Este problema tiene una duración diferente de acuerdo con el paciente. La pérdida de olfato es una consecuencia del virus que afecta a siete de cada diez contagiados.
¿Qué pasa con los sentidos?
De acuerdo con la epidemióloga Andrea Gómez, lo que se conoce hasta el momento es que las células del tejido olfatorio, no las neuronas, son vulnerables a la infección por el nuevo virus, esto ocasiona que haya disminución del olfato y también en las células receptoras gustativas en menor proporción.
La recuperación de los sentidos resulta algo variado y es independiente en cada caso. Sin embargo, Gómez asegura que al menos el 72% de quienes perdieron el olfato lo recuperarán y el 84% recuperará el gusto. Regularmente, la pérdida de estos sentidos puede durar desde ocho días hasta cerca de las cuatro semanas
La anosmia, que afecta a muchas personas con enfermedades respiratorias, hace que se perciban
La cantante española Natalia cuenta que perdió el olfato tras superar el el coronavirus: “Todo me huele a podrido, hasta el perfume”, dijo enuna entrevista.
En el Hospital Clínic de Barcelona hay una unidad del olfato donde estudian los problemas de una paciente que no ha podido recuperar el olfato. Cristina superó el virus en marzo y desde entonces no huele nada. Para mejorar su condición realiza un entrenamiento diario que consiste en oler e inspirar olores intensos, entre estos: eucalipto, limón y vinagre.
Sin embargo, la doctora Gómez indica que algo externo no podría aportar a la recuperación del olfato, sino más bien se debe esperar a que se recuperen y regeneren las células del tejido olfativo.
Recomendaciones para recuperar el olfato o ejercicio en particular
- Tener una alimentación sana
- No fumar
- Hacer ejercicio
- Reposar
- No forzar ni exponer el olfato a olores fuertes
También los especialistas advierten que las personas que no pueden recuperar el gusto desencadenarían déficits nutricionales así como pérdidas de peso debido a que no encuentran el sabor en la comida. Así como perderían un sistema de alarma del entorno debido a que a través de la nariz se pueden captar situaciones de emergencias como incendios, fugas de gas, entre otros. (I)