Este viernes empezó en Cuenca la segunda aplicación de las vacunas contra el Covid-19, incluidas en el plan piloto.
Por falta de autorización desde Quito las autoridades de la Coordinación Zonal 6 del Ministerio de Salud Pública (MSP), no dieron declaraciones sobre el número de dosis recibidas y beneficiados.
El segundo lote de vacunas llegó a la capital azuaya al mediodía del jueves, pero a diferencia de la primera dotación ahora todo se manejó en reserva, incluso con menos resguardo de seguridad en el operativo de traslado desde Guayaquil.
El sitio escogido para seguir vacunando fue el Centro de Salud Pumapungo, ubicado en la avenida Huaynacapac.
Los beneficiarios salían desde una sala tras recibir la dosis acompañados de un médico que en el camino a una sala de recuperación les daba algunas indicaciones. Esto mientras personal de la Coordinación Zonal 6 dispuso que únicamente se realicen fotografías desde una puerta.
Ahí también estuvo el coordinador zonal 6 del MSP, Julio Molina, quien al ser abordado por este Diario para conocer detalles sobre el número de vacunas recibidas y quiénes son los beneficiarios solo respondió que no podía dar declaraciones.
Este Diario conoció que esta vez llegaron 1.500 dosis de vacunas contra el COVID-19, de esas 1.262 serán para inocular por segunda ocasión a un grupo de funcionarios de primera línea de cuatro hospitales centinelas (José Carrasco del IESS, Vicente Corral Moscoso, Homero Castanier y Solca) y 228 para sanatorios y clínicas privadas de Cuenca que tienen hospitalización y cuidados intensivos (UCI) para atender casos de coronavirus.
Por disposición del MSP, dos beneficiarias de la vacuna fueron las únicas autorizadas para dar entrevistas. Una de ellas fue Elvia Hernández, emergencióloga del hospital Vicente Corral Moscoso, quien comentó que desde marzo pasado la situación ha sido dura en lo profesional y personal, pues en los últimos 11 meses ha visto morir pacientes y a su propio padre por el Covid-19.
Aunque recibir la primera dosis para ella fue importante, pidió a la ciudadanía que colabore porque el hospital donde ella trabaja “está colapsado”.
En ese mismo sentido la internista Betsy Jaramillo pidió a la gente que no se olvide de cumplir las medidas básicas de bioseguridad como usar mascarilla, lavarse las manos o guardar distancia física para evitar contagios.
El 21 de enero pasado se inició en Azuay y Cañar la primera fase de vacunación. Ese día se repartieron 390 las dosis entre médicos y personal administrativo de Solca, del hospital José Carrasco Arteaga del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), del hospital Vicente Corral Moscoso y del Homero Castanier de Azogues. (I)