El ministro de Finanzas de Ecuador, Mauricio Pozo, afirmó este jueves que es imposible encontrar «un peor año» en la economía ecuatoriana que 2020, pero que las medidas de contención adoptadas por el Gobierno han conseguido frenar la caída y reiniciar una ligera mejoría.
«No van a encontrar un año peor», aseguró Pozo al presentar los resultados de la economía en un acto de rendición de cuentas a los medios, en el que recordó que ni siquiera la crisis de 1998-9, el llamado Feriado Bancario, fue tan grave.
Entonces, «la economía cayó del 5 al 6 por ciento», dijo sobre un proceso que condujo a la dolarización y que tuvo graves connotaciones sociales.
A menos de un mes de trasladar la cartera al próximo Gobierno, que estará encabezado por el centroderechista Guillermo Lasso, Pozo presentó el oscuro escenario que debió afrontar el país a causa de la pandemia y de una crisis de cinco años, en la que el PIB se fue contrayendo.
CRISIS DE CINCO AÑOS
Según los datos presentados, un crecimiento en 2017 de 2,4 % se redujo a 1,3 % en 2018, a 0 en 2019 y a -7,8 % en 2020, cuando quedó en 66.308 millones de dólares. «Ya teníamos una crisis antes de la pandemia, llevábamos cinco años sin crecer (sin elevar el porcentaje de crecimiento), y por lo tanto tampoco habían mejorado los niveles de empleo, y había un problema fiscal», puntualizó Pozo.
Y agregó que «la (restricción a la) libre movilidad de las personas interrumpió la actividad productiva y comercial», lo que estuvo acompañado «de la caída del precio del petróleo a casi precios negativos» y un accidente geológico que frenó la producción en el país andino. La recaudación fiscal, que se redujo en un 12,6 % de 14.268 millones a 12.382 millones, es reflejo de esa paralización, si bien en diciembre último comenzó una tímida recuperación.
Todo ello condujo a una reducción sin precedentes del PIB ecuatoriano, aunque el ministro destacó que inferior al -11 % que se esperaba inicialmente, y ello, aseguró, gracias a la ayuda internacional y la adopción de reformas para regenerar la actividad productiva. Entre ellas, la llamada «Ley Humanitaria» para el empleo, la ayuda internacional y la reestructuración de la deuda.
AYUDA INTERNACIONAL
Ecuador, con casi 380.000 casos de contagio por covid-19 y unos 18.500 fallecidos, fue arrasado por la pandemia debido a la falta de liquidez en sus arcas, que obligaron a recurrir a los organismos internacionales en busca de ayuda.
De ellos obtuvo el año pasado 7.502 millones de dólares, aunque para los próximos dos años hay comprometidos otros 2.500 millones, de los que 1.500 deberán llegar este 2021 siempre y cuando se cumplan las revisiones técnicas del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Como punto positivo de esa ayuda, Pozo destacó también la reestructuración mucha más cómoda de la deuda a plazos de 6,1 a 12,7 años de promedio, y la rebaja del tipo de interés de 9,2 % a 5,3 %. Con una deuda consolidada que ha crecido hasta el 65 % del PIB, más que nada por la emisión de bonos y la contratación de 10.794 millones en ayuda internacional, el riesgo país, que en diciembre de 2019 estaba en 4.553 puntos y se disparó en abril de 2020 por encima de los 6.000, ha sido estabilizado en torno a los 1.000 al finalizar el año pasado, e incluso por debajo. Otro signo positivo ha sido el crecimiento de las reservas internacionales de 3.799 millones a 7.196 millones durante 2020, base de la dolarización.
DESEMPLEO Y POBREZA
Los aspectos más negativos del «Informe 2020» se dieron a nivel social, con fuertes incrementos del desempleo y de la pobreza. El primero saltó del 3,8 % en diciembre de 2019 al 13 % en mayo siguiente, para concluir 2020 en torno al 5 %. El empleo adecuado también refleja el gráfico de una «joroba», en palabras de Pozo, bajando del 38 % a finales de 2019 al 16,7 % en mayo-junio, y volviendo a subir al 30,8 % en diciembre.
«No hemos recuperado todavía los niveles de 2019, estamos a 8 puntos en el empleo adecuado, pero dentro de la gravedad estamos mejor», consideró el ministro. Consecuencia de la paralización productiva también la pobreza y la pobreza extrema crecieron entre diciembre de 2019 y diciembre de 2020 de forma vertiginosa, de 25 % a 32,4 % en el primer caso, y de 8,9 % a 14,9 % en el segundo.
En comparación con 2017, cuando inició su andadura el Gobierno de Lenín Moreno, el crecimiento es aún mayor, producto de la continuada crisis. El 24 de mayo Moreno entregará la Presidencia a Lasso, quien ha planteado la aceleración de la vacunación contra la covid-19 como solución a los problemas económicos, si bien sus promesas electorales, tanto a nivel sanitario como financiero, deben ser aún empatadas con la realidad.