El ultraderechista religioso Naftali Benet anunció que intentará crear un “Gobierno de unidad” con el centrista y líder del bloque opositor Yair Lapid.
Israel está más cerca de la formación de un amplio Ejecutivo de coalición que podría desbancar del poder al actual primer ministro, Benjamín Netanyahu, tras el anuncio de este domingo del ultraderechista religioso Naftali Benet de que intentará crear un “Gobierno de unidad” con el centrista y líder del bloque opositor Yair Lapid.
Benet, actor clave que con sus 7 escaños, podía ayudar a decantar la balanza a favor del conglomerado derechista y religioso que encabeza Netanyahu o de la amplia amalgama de partidos opositores, dio esta tarde un paso firme al comprometerse a establecer coalición con Lapid, actual encargado de formar Gobierno en Israel tras haber recibido la tarea de parte del presidente el pasado cinco de mayo.
«En este momento decisivo, debemos asumir responsabilidades. Pretendo hacer todo lo que está en mi poder para formar un gobierno de unidad nacional con mi amigo Yair Lapid que devuelva el país a la senda correcta», anunció Benet en un discurso televisado esta tarde, donde apeló al sentido de la responsabilidad para sacar Israel de su largo bloqueo político.
Netanyahu, cada vez con menos opciones
Después de que el país se viera abocado a cuatro comicios en solo dos años -los últimos en marzo- sin lograr hasta ahora una clara mayoría y tras el fracaso de Netanyahu para formar un gobierno de derechas, Benet aseguró que los únicos escenarios posibles son «unas quintas elecciones» o crear «un Ejecutivo de unidad nacional» que lo evite.
Con todo, su paso, aunque no significa aún la materialización definitiva de un Gobierno anti-Netanyahu, acorrala aún más al actual primer ministro y le resta opciones para revalidar el cargo, tras haberlo ostentado de manera seguida durante los últimos 12 años.
Netanyahu, imputado con cargos de corrupción en tres casos distintos, reaccionó rápidamente al anuncio de Benet acusándole de «traición» a los votantes derechistas, alertó ante «el peligro» de un «Ejecutivo izquierdista» para «la seguridad y futuro de Israel» e instó a hacer un último intento para alcanzar un Gobierno de derechas.
Netanyahu acusó a Benet de cometer el «fraude del siglo» al traicionar a los casi dos millones de israelíes que votaron por partidos de derecha porque «lo único que quiere es convertirse él en primer ministro».