El Gobierno de Argentina ha reaccionado al duro revés electoral que sufrió el oficialismo en las recientes elecciones primarias con una seguidilla de anuncios de medidas económicas que apuntan principalmente a los sectores más vulnerables, una estrategia que implicará mayor desequilibrio fiscal.
Las primarias legislativas del pasado 12 de septiembre, las primeras elecciones que afrontó el Gobierno de Alberto Fernández, saldaron con una derrota que el oficialismo no dudó en atribuir a una economía que, en recesión desde 2018, se hundió estrepitosamente por los efectos de la pandemia de covid-19.
El revés electoral desató una crisis en el seno del Ejecutivo.
La vicepresidenta Cristina Fernández hizo públicas sus críticas a la moderación fiscal aplicada en el primer semestre de este año, lo que supuso un recorte de muchas de las ayudas sociales puestas en marcha en 2020 ante la irrupción de la pandemia.
Reclamó además a Alberto Fernández una renovación del Gabinete de Gobierno, que finalmente se concretó, aunque sin cambios de ministros en las carteras del área económica, a excepción del Ministerio de Agricultura.
Apaciguados los ánimos en el oficialismo, lo que sobrevino es una seguidilla de anuncios de medidas de diverso alcance, que aún no ha terminado ya que se esperan más anuncios.
Aumento del salario mínimo, reducción en el número de trabajadores que pagan impuestos sobre sus salarios, un programa para reducir la informalidad de los trabajadores domésticos y un plan de jubilación anticipada son solo algunas de las medidas anunciadas en las últimas semanas, a las que también se sumaron nuevas flexibilizaciones a las restricciones sanitarias por la pandemia.