Dirigida por Piotr Dumala, tiene claras sus premisas: adentrarse en el proceso de victimización y en cómo los jóvenes acaban hallando su propia voz.
Casi un siglo después de la publicación de América, novela póstuma e inacabada de Franz Kafka, el cine de animación retoma su legado con un proyecto homónimo que da fuerza a ese relato desde la óptica del #MeToo y de las dificultades de encontrarse a uno mismo al hacerse mayor.
Ameryka, dirigida por el cineasta polaco Piotr Dumala, está todavía en fase de desarrollo, pero tiene claras sus premisas: adentrarse en el proceso de victimización y en cómo los jóvenes acaban hallando su propia voz “en este mundo tan extraño”, explica a EFE su coproductora, Agnieszka Kowalewska-Skowron.
La obra de Kafka (1883-1924), que salió a la luz tres años después de la muerte del escritor checo, tiene como punto de partida el viaje a Estados Unidos que emprende el adolescente Karl Rossmann tras haber sido seducido por la sirvienta de su casa, muchos años mayor, y haberla dejado embarazada.
Sus padres lo alejan para evitar el escándalo y se ve obligado a iniciar una nueva vida en busca de fortuna.
“Todas sus elecciones en Estados Unidos están arraigadas en ese evento traumático. Pero Karl no es la única víctima. Su amiga Teresa, abusada por su jefe, intenta justificar a su agresor. Son dos personas intentando hacer algo juntas en este mundo loco. Para nosotros estuvo claro que la victimización de las víctimas era el camino a seguir”, sostiene la coproductora.
Su filme se inspira en la novela y recurre a la animación como el método más obvio para trasladar a la gran pantalla el universo kafkiano y la América que el autor imaginó: “Nunca estuvo allí, así que el mundo que muestra es lo que tenía en la cabeza y eso es algo que puedes hacer en animación con imágenes más surrealistas y borrosas”.
Ameryka será el primer largometraje animado de Dumala y busca coproductores, agentes de ventas y distribuidores en el Cartoon Movie, la principal plataforma de coproducción de la industria cinematográfica europea de animación, que celebra su 24 edición desde este martes y hasta el jueves en Burdeos.
“Sabemos que será muy difícil hacer una película artística con pocos ilustradores, por eso necesitamos estudios que tengan un estilo y mentalidad similar a este tipo de proyecto”, cuenta la coproductora sobre esta cinta de tres millones de euros de presupuesto (unos 3,2 millones de dólares).
La técnica escogida, a mano, en 2D y en blanco y negro, refuerza el onirismo de la novela y lleva al extremo el juego de contrastes al transformar a los dos principales villanos en el gato y el zorro del «Pinocho» de Collodi, que en esa segunda obra se aprovechaban de la inocencia del muñeco de madera.
El público al que aspira este drama es adulto y mucho el tiempo que le queda hasta que vea finalmente la luz: en 2024 Kowalewska-Skowron espera poder empezar la producción y en 2027 confía en haberla acabado. “Es un largo camino”, admite.
Ameryka es uno de los 57 proyectos seleccionados en esta edición del Cartoon Movie, dos más que en 2021. De ellos, 19 están todavía en concepto, 23 en desarrollo, 8 en producción y 7 acabados, de los que se mostrará un adelanto.
Francia vuelve a ser el país más representado, con quince, seguida de España (ocho), Bélgica y Noruega, con cinco cada una. Desde la primera edición en 1999, este foro ha permitido que encuentren financiación 426 películas con un presupuesto global de 2.800 millones de euros (unos 3.000 millones de dólares)