En Ecuador todavía no se ha registrado ningún caso de hepatitis aguda infantil, la rara enfermedad que ya ha cobrado la vida de 228 niños hasta ahora en unos 20 países y que ha empezado a preocupar al mundo luego de la pandemia del COVID-19.
«No tenemos todavía casos de hepatitis aguda infantil», dijo la ministra de Salud, Ximena Garzón, al señalar que los casos reportados a nivel internacional están «asociados a niños que no tienen vacuna (contra) COVID-19».
Los primeros diez casos de esta hepatitis aguda fueron notificados por el Reino Unido a la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 5 de abril, en niños menores de diez años sin dolencias previas, y desde entonces también se han detectado contagios en España, Israel, Dinamarca, Italia, Estados Unidos y Bélgica.
Desde que se detectaron casos en los países europeos, Ecuador inició una «vigilancia epidemiológica activa» en todo el país para «determinar tempranamente si es que existen, pero hasta el momento no tenemos ningún caso reportado», explicó Garzón a la agencia Efe.
Además de la vigilancia epidemiológica pasiva, en la que los médicos reportan algún caso con sintomatología de la enfermedad, el Ministerio ha iniciado con estudios comunitarios (vigilancia activa) para determinar si hay algún caso.
El pasado 25 de abril inició en Ecuador la vigilancia activa para detectar posibles casos de hepatitis aguda infantil, cuyos síntomas asociados pueden ser fiebre, vómito, ictericia, orina de color muy oscuro y debilidad.
Garzón apuntó que los expertos a nivel internacional investigan al momento si existe alguna asociación entre el virus del COVID-19 y la hepatitis: «Lo que sí está determinado es que los niños que desarrollan esta enfermedad son niños que no están vacunados».
La funcionaria comentó que, ante la posibilidad de que la infección sea feco-oral (de las heces a la boca), el Ministerio adelanta una campaña para recalcar sobre la importancia del lavado de manos y de la limpieza de los alimentos.