La llegada de las ballenas jorobadas a las costas ecuatorianas es un acontecimiento que sucede todos los años entre los meses de julio y septiembre. Los cetáceos que vienen desde la Antártida con la finalidad de aparearse, ofrecen a locales y turistas un espectáculo difícil de olvidar.
Para disfrutar del mismo, existen operadores de turismo en distintas comunas de la provincia entre ellos Salinas y Ayangue, ofrecen diferentes tipos de programas con todas las garantías de seguridad.
Esos cetáceos avanzan desde la gélida Antártida por más de 16.000 kilómetros hacia aguas ecuatoriales en el Pacífico, bordeando la silueta de Sudamérica por Perú y Colombia, pasando por Costa Rica y llegan incluso a México y California.
La infraestructura y servicios diferencia un sitio de otro, sin embargo, lo más importante es la seguridad que puedan tener con la embarcación y la tripulación a cargo, que debería estar formada de capitán, marinero y guía naturalista, indica el Ministerio de Turismo.
Las embarcaciones deben navegar a 100 metros de las ballenas o a 200 metros si fuera una madre con su cría. Muchas veces las ballenas se acercan, pero los humanos deben mantener la distancia.
- No deben existir más de tres embarcaciones con un grupo de ballenas.
- No ponerse de pie y caminar de un sitio a otro en la embarcación.
- Permanecer con el chaleco salvavidas todo el tiempo.
- No alimentar o gritar a las ballenas.
- No intentar el contacto físico con las ballenas.
- No lanzar basura o desperdicios al mar.
- No nadar ni bucear con ballenas.