Desde el 29 de marzo de 2024, Colombia ha reducido la venta de electricidad a Ecuador y, en un nuevo giro, ha desconectado su principal línea de transmisión con el país vecino. Esta acción plantea riesgos técnicos significativos para Ecuador, especialmente en términos de estabilidad del sistema eléctrico nacional.
La línea de transmisión recién desconectada no solo permitía la importación de electricidad desde Colombia, sino que también desempeñaba un papel crucial en el equilibrio de los voltajes del sistema eléctrico ecuatoriano, particularmente ante fallas en la principal fuente de energía hidroeléctrica del país, Coca Codo Sinclair.
La desconexión con Colombia aumenta la vulnerabilidad de Ecuador ante posibles apagones generalizados, especialmente en situaciones de crisis eléctrica.
Ecuador y Colombia mantenían un intercambio de electricidad a través de dos líneas de interconexión internacional con cuatro circuitos a nivel de 230 kilovoltios, con una longitud total de 272 kilómetros. Estas líneas conectan las subestaciones Pomasqui en el lado ecuatoriano con Jamondino en el lado colombiano.
La capacidad total de intercambio de electricidad desde Colombia a Ecuador era de 460 megavatios de potencia, representando aproximadamente el 11% de la demanda máxima de Ecuador.