Un estudio de la Asesora Nacional en Políticas de Seguridad Pública, Catherine Herrera Aguilar, encontró que los niños adoptados por bandas narcoterroristas ecuatorianas provienen de hogares inestables y tienen una educación incompleta.
Estudios publicados por la Fundación Konrad Adenauer y la Red de Investigación Estratégica para la Seguridad y la Defensa confirman la situación de los estados muy peligrosos del Ecuador y concluyen que estos territorios han sido abandonados por el Estado y por tanto sus habitantes son más vulnerables a los ataques de grupos criminales organizados.
Los datos publicados en la encuesta muestran que las provincias más afectadas por la violencia criminal son Los Ríos (41,3%), Guayas (38,3%), Esmeraldas (37,6%) y Manabí (25,4%).
Todos ellos están ubicados en la costa de Ecuador. Guayas y Manabí son famosos por sus puertos marítimos de exportación y pesca.
El estudio enfatiza repetidamente que la consolidación de grupos criminales organizados (GDO) está directamente relacionada con la inestabilidad económica y política del país.
En este contexto, «las comunidades cercanas al puerto habitadas por personas de bajos ingresos están sujetas a ocupación ilegal de tierras por falta de trabajo y medios de vida».