Como anticipaba la oposición y la comunidad internacional, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela, dominado por magistrados leales al chavismo, confirmó el 22 de agosto de 2024 los resultados de las elecciones del 28 de julio, que dieron la victoria a Nicolás Maduro.
Sin embargo, esta decisión no ha resuelto la crisis política en el país.
Edmundo González Urrutia, candidato de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), rechazó el fallo del TSJ, afirmando que «la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo».
En un mensaje publicado en la red social X, González Urrutia, considerado por su partido y varios organismos nacionales e internacionales como el verdadero ganador de las elecciones, subrayó que «los órganos del Estado emanan de la soberanía popular y a ella están sometidos. No usurparán la verdad».
El TSJ asumió la tarea de «validar» los resultados electorales a petición de Maduro, quien presentó un recurso de amparo que nunca fue hecho público. Este recurso llevó a convocar al TSJ a los 10 excandidatos presidenciales, aunque González Urrutia se negó a asistir, argumentando que la verificación no es competencia del tribunal, sino del Consejo Nacional Electoral (CNE).
Finalmente, la Sala Electoral del TSJ, encabezada por la chavista Caryslia Rodríguez, ratificó los «resultados de la elección presidencial del 28 de julio emitidos por el CNE», en un acto al que asistieron las principales autoridades del Estado y representantes diplomáticos.