Las recientes lluvias que cayeron en las zonas de recarga hídrica de Cuenca, en la provincia de Azuay, trajeron un respiro a la crisis energética que enfrenta Ecuador. Las precipitaciones, que duraron dos horas en los bosques andinos que alimentan los ríos de la ciudad, incrementaron el nivel del embalse que abastece al complejo hidroeléctrico de Paute en tres metros.
El complejo, compuesto por las centrales Mazar, Molino y Sopladora, se encuentra apagado desde el 3 de octubre para ahorrar agua. Según el Instituto de Meteorología e Hidrología (Inamhi), las lluvias facilitarán el aumento de los caudales de los ríos, aunque se necesitarán precipitaciones continuas para que los niveles de agua sean suficientes para reactivar la operación de las hidroeléctricas.
Para este jueves, se esperan más lluvias en diversas provincias, principalmente en Esmeraldas, Carchi, Pichincha, y de forma dispersa en Bolívar, Azuay y Cañar. La región amazónica también registrará intensas lluvias, beneficiando a las centrales hidroeléctricas de Agoyán, San Francisco y Coca Codo Sinclair.
Actualmente, la producción hidroeléctrica del país ha aumentado al 60 % de su capacidad, aunque lo habitual es que supere el 80 %. Las autoridades del Inamhi señalaron que si las lluvias persisten por dos semanas más, se podrían estabilizar los sistemas hídricos del país.