Una tranquila tarde de diciembre enMassachusetts, Estados Unidos se transformó en tragedia cuando un incendio arrasó dos viviendas y dañó una tercera en East Avenue.El siniestro, reportado alrededor de las 4 p.m., se intensificó debido a explosiones causadas por fuegos artificiales almacenados en una de las casas, mientras tanques de propano en el sótano alimentaban las llamas. Bomberos de varias comunidades lucharon contra el fuego en condiciones extremas, enfrentando temperaturas bajo cero y la falta de hidrantes en la zona.
Para combatir el incendio,los equipos recurrieron al cercano Thompson Pond para abastecerse de agua, lo que resultó en un incidente en el que dos bomberos cayeron al hielo sin sufrir lesiones. A pesar de los esfuerzos conjuntos de departamentos de bomberos de Spencer, Leicester, Rutland y otras localidades, las llamas dejaron a dos familias sin hogar y dañaron una tercera vivienda. La intensidad del fuego también destruyó un cobertizo y afectó estructuras vecinas.
Una de las familias más afectadas fue la de Justin Peck, quien perdió su hogar mientras visitaba a su esposa enferma en el hospital. Peck expresó a los medios su devastación al perder tantos recuerdos a pocos días de Navidad, aunque encontró alivio al saber que su perro escapó con vida. A través de redes sociales, Spencer Fire & Emergency Services lamentó las pérdidas, destacando el esfuerzo de los bomberos bajo condiciones extremas.
Accidente con fuegos artificiales
El origen del incendio sigue bajo investigación, pero la atención se ha centrado en los fuegos artificiales, cuya posesión y uso son ilegales en Massachusetts. Este incidente ha reavivado el debate sobre la estricta legislación estatal, diseñada para prevenir tragedias como la ocurrida. Autoridades locales y estatales trabajan en conjunto para determinar las causas del siniestro y brindar apoyo a las familias afectadas.