“Gracias Mamá”, “Vive Ecuador” o “Día del Padre” fueron algunos de los programas de créditos que lanzó el Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (BIESS) en 2019. Su misión era entregar préstamos quirografarios con intereses desde el 8%. En 2018, el BIESS tramitó 2’068.779 créditos quirografarios. Para 2019 subieron a 2’476.209. Las colocaciones hicieron que el incremento se fije en $ 384 millones, pasando de $ 3.283,8 millones en 2018 a $ 3.667,8 millones en 2019. Esto no asombró a las autoridades del BIESS. Para Gene Alcívar, subgerente de Crédito, el entorno macroeconómico del Ecuador produce que los ciudadanos necesiten un respaldo inmediato a sus necesidades y, por esos motivos, buscan los créditos rápidos. Una de las personas que accedió a los beneficios fue la afiliada Ileana Paredes. Ella obtuvo el préstamo por el Día de la Madre. Se decidió gracias a las facilidades que brindaba el BIESS. “Yo ya tenía un préstamo, pero gracias a este programa pude hacer otro más”, explicó.
Lo atractivo vino también gracias a la factibilidad del trámite en línea que evita las largas filas y la movilización. Así, dijo Ileana, es mucho mejor realizar un préstamo en el BIESS que en la banca privada. “No necesitas de ningún papel y tampoco sientes el préstamo porque te descuentan directamente del rol”. Y exactamente esa fue la apuesta del BIESS: la simplificación y flexibilización de las condiciones para que más ecuatorianos pudieran acceder a los préstamos. “Es un préstamo 100% en línea, que no requiere de garantes y se acredita en la cuenta del beneficiario máximo en 72 horas”, apuntó Alcívar. Los quirografarios están diseñados para “salir de un apuro económico”, precisó Marco Solórzano. Su esposa había visto, por la prensa, la promoción de los préstamos por el Día del Padre y le pidió que accedieran. Mantenían una deuda con una tarjeta de crédito que logró solucionarse gracias al quirografario. “Los intereses de la tarjeta son mucho más altos y la deuda ya se nos estaba venciendo, así que fue una buena opción”, señaló. Las únicas condiciones que le exigían era que poseyera garantías en el IESS tales como los fondos de reserva o las cesantías y tener mínimo 36 aportaciones. Solórzano también debía ser un afiliado activo, su empleador no tenía que pertenecer al Seguro Social Campesino y él no podía contar con una solicitud de cesantía ni un préstamo hipotecario en trámite. Los préstamos hipotecarios disminuyeron Las cifras positivas de los quirografarios no fueron de la mano con los hipotecarios. Por el contrario, las colocaciones para vivienda disminuyeron en 2019 llegando a 12.606 solicitudes. Para 2018, la cantidad fue de 18.039. Esto hizo que el monto descendiera de los $ 828,8 millones en 2018 y a $ 610,6 millones para 2019. Es decir, $ 218,2 millones menos. Ante este escenario, el BIESS ya prepara varias estrategias. Alcívar adelantó que harán activaciones en territorio, difusión en empresas y digitalización del modelo de atención. Además realizarán acciones con el sector de la construcción para que conozcan sobre todo los productos hipotecarios, no solo para vivienda terminada nueva, sino también viviendas usadas, adquisición de terrenos, remodelación, mejora o ampliación, adquisición de locales, oficinas y consultorios. Para Alcívar, esta decisión es importante porque los préstamos permiten dinamizar la economía. “Tienen un efecto multiplicador en la misma; uno de ellos es la generación de empleo”. A pesar de que los créditos hipotecarios no tuvieron tanta acogida por los afiliados, Alcívar manifestó que el producto se mantiene en los rangos esperados. “Para 2020 se ha previsto la entrega de $ 850 millones en este producto crediticio”, añadió el funcionario. (I)