Un ataque contra una iglesia protestante causó 24 muertos en el norte de Burkina Faso, escenario frecuente de la violencia yihadista, donde murieron igualmente cinco soldados en la explosión de un artefacto al paso de su vehículo.
Burkina Faso, país fronterizo con Mali y Níger, está confrontado a ataques yihadistas que han dejado más de 750 muertos desde 2015, según un recuento periodístico.
Durante el culto dominical «un grupo armado terrorista» irrumpió en el pueblo de Pansi, en la provincia de Yagha (noreste) y «atacó a la apacible población de la localidad», anunció el gobernador de la región del Sahel, Salfo Kobare.
Los heridos fueron evacuados a Sebba y Dori para ser atendidos y los fallecidos enterrados el mismo día por los supervivientes, con la ayuda espontánea de los habitantes de pueblos vecinos, añadió el gobernador, que indicó que se estaba buscando a las personas secuestradas.
El 10 de febrero, un grupo de yihadistas irrumpió en Sebba y secuestró a siete personas en el domicilio de un pastor. Tres días después, fueron halladas muertas cinco personas, entre ellas el pastor, y otras dos (mujeres) sanas y salvas, según el gobernador de la región del Sahel.
Los ataques atribuidos a grupos yihaditas, contra iglesias o cristianos, se multiplicaron recientemente en Burkina, país pobre del oeste de África. (I)
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