Ecuador, que supera los 61.000 contagios y 4.700 fallecidos, debe aprender a convivir con el SARS-CoV-2, un coronavirus poco conocido, muy hábil y que ha puesto de cabeza a la humanidad. Ese es el criterio de la epidemióloga Catalina Yépez, exasesora externa de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), quien explicó que el Covid-19 «no es sinónimo de muerte» y que se trata de un virus que llegó al mundo «probablemente para quedarse».
La experta epidemióloga ecuatoriana descartó que la pandemia vaya a acabar en el futuro próximo pues, incluso si se hallara una vacuna, el virus permanecerá y encontrará «personas ideales para alojarse».
Yépez dice que todos son susceptibles de contagio y pueden enfermar personas que presenten los síntomas y las que no, añadió tras insistir en que se conoce poco del virus, pero que lo importante es estudiarlo más. «Probablemente todos nos llegaremos a infectar en unos dos años, lo importante es que el virus se vuelva menos violento».
Según ella, la llegada de una «segunda oleada» de contagio por coronavirus «no es un escenario potencial descartado», y por ello hay que alistar los sistemas sanitarios.
‘Salvación’ a la vista
Sobre la vacuna, recordó que la OPS «tiene un fondo rotatorio» para abaratar sus costes cuando salgan al mercado y dijo que, como ejemplo, países como México, Brasil y Estados Unidos demandan un volumen mayor de ese insumo, lo que beneficia al resto de naciones de la región.
Además, la vacuna debería estar dirigida a los grupos de mayor riesgo, añadió al indicar que podrían ser dosis anuales las que deban administrarse, debido a la mutación que suelen sufrir los virus.
Ella considera que, si se cumplen los plazos previstos por la comunidad científica, es posible que para diciembre América del Sur tenga acceso a la vacuna, aunque prefirió tener prudencia sobre las fechas. EFE
«Todo se reduce al lavado de manos, distanciamiento físico y uso de mascarillas, no hay más». Catalina Yépez, epidemióloga.(I)
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