La primera bomba atómica fue lanzada en Hiroshima, en el oeste de Japón, el 6 de agosto de 1945 por el bombardero estadunidense Enola Gay.
La bomba, de entre 13 y 16 kilotones, fue bautizada como “Niño pequeño”, devastó la ciudad y causó al instante la muerte de unas 70 mil personas. Tres días después, una segunda bomba fue lanzada sobre Nagasaki y dejó 39 mil muertos.
Hoy, 75 años después, las víctimas siguen al frente de una lucha en los tribunales en su país para lograr un estatus de mayor protección.
La semana pasada, un tribunal japonés falló a favor de las personas afectadas por la radiactividad tras la bomba atómica y los reconoció como sobrevivientes de esa tragedia, ordenándole a la municipalidad y a la prefectura otorgarles los mismos beneficios que a los demás sobrevivientes.
Los 84 demandantes estaban fuera del perímetro reconocido por el gobierno.
Sin embargo, también sufrieron dolencias vinculadas con la radiación y por lo tanto deberían ser reconocidos como víctimas de la bomba atómica.
Además de esta batalla judicial, los sobrevivientes han asumido causas contra la proliferación de armas nucleares en el mundo.
En 2019, un grupo de víctimas se reunió para protestar contra la decisión de Estados Unidos de retirarse del Acuerdo para la Reducción de Armas Nucleares de Rango Intermedio.
Los supervivientes denunciaron que el mundo vuelve a ser vulnerable a los peligros de las armas nucleares.
El día nueve de cada mes, se celebran concentraciones en el Parque de la Paz de Nagasaki para exigir el desarme nuclear y en recuerdo del ataque del 9 de agosto de 1945, cuando Estados Unidos lanzó una bomba atómica sobre la ciudad.
-Con información de AP y AFP
RIESGOS
El riesgo del uso de armas nucleares ha alcanzado un nivel nunca antes visto desde el fin de la Guerra Fría, advirtió el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
Además, aumentó la frecuencia de incidentes militares que involucran a Estados que poseen armas de este tipo y hay más amenazas con usarlos.
El horror de una detonación nuclear puede verse como algo lejano. Pero, hoy en día, el riesgo de que vuelvan a usarse armas nucleares es alto. Los tratados para reducir los arsenales nucleares y los riesgos de su proliferación se están abandonando, al tiempo que se producen nuevos tipos de armas nucleares y se formulan graves amenazas”, declaró Peter Maurer, presidente del CICR. (I)
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