A inicios de junio, una encuesta ya establecía que más del 71% de las familias, con ingresos hasta $1.200 mensuales, habían reducido drásticamente su capacidad de consumo. En muchos casos, la pérdida de empleo de uno o varios de sus miembros y la reducción de la jornada laboral, contribuyeron a la pérdida de, al menos, un 45% de esos ingresos.
Esa encuesta, elaborada en conjunto por la Cámara de Comercio de Quito (CCQ) y la Universidad de las Américas (UDLA), también determinó que las prioridades de gastos cambiaron drásticamente con la pandemia. Así, los pocos recursos disponibles se comenzaron a concentrar en compra de alimentos, pago de servicios básicos, compra de medicinas, educación y pago de créditos y seguros. Por otra parte, tanto a corto como mediano plazo, quedaron relegados a los últimos puestos de las prioridades, los gastos en diversión y ocio, vestimenta y electrodomésticos, inversión inmobiliaria y vacaciones y turismo.
Los más ‘golpeados’
Ahora, el más reciente estudio del Banco Central del Ecuador (BCE), con corte al segundo trimestre de 2020, corrobora ese panorama. El consumo de los hogares se desplomó un 11,9%, con relación a igual periodo de 2019. En otras palabras, el principal motor de la economía, que genera el 60% del Producto Interno Bruto (PIB), está en franco retroceso, lo que dio como resultado una caída del 12,4% en la economía en su conjunto.
Norma Andrade, madre de familia y empleada en el sector público, comentó que “los ingresos son cada vez menos, pero las deudas y otras obligaciones se mantienen o crecen. Mi esposo perdió el trabajo y una de mis hijas solo cobra la mitad. Así solo se puede consumir lo básico”.
Según Fausto Ortiz, exministro de Economía, hasta final de año, la caída total del PIB será de, al menos, el 11%. En 2021, como resultado del efecto rebote, luego de una gran crisis, se podría crecer al 4%; pero en los próximos años, sin un plan de país para generar empleo y mejorar las condiciones de vida, solo creceremos a tasas de menos del 2%.
En esas condiciones, el consumo de los hogares retomaría los niveles anteriores a marzo 2020 en no menos de 5 años. Además, de acuerdo con Vicente Albornoz, decano Economía y Negocios de la UDLA, el PIB per cápita, sin tomar en cuenta los efectos de la inflación, se colocaría en niveles muy cercanos a 2005.
Perjuicio del despilfarro
Con eso, Ecuador habrá perdido más de 20 años de desarrollo, debido al mal manejo del segundo boom petrolero, el cual nos dejó pobremente preparados para una crisis.
La única opción que nos queda es consensuar una agenda productiva y de generación de empleo. Santiago García, economista y docente de la Universidad Central del Ecuador (UCE), comentó que buscar consensos para mejorar el acceso al crédito, dar incentivos para la creación de empresas y apostar al fomento de las exportaciones, que es uno de los pocos sectores que siguen creciendo y tienen un alto potencial de generar empleo. (I)
Fuente:www.lahora.com.ec